Concepciones muchas, Conchys, otras tantas, pero Conchy, la de La Calzada, la hija de Tono el de Abraham, una sola, una mujer que no quiere que nuestros jóvenes tengan que irse fuera para emprender sus planes de vida, por eso quiere hacer un San Andrés y Sauces esperanzador para los que empiezan, y para ello,  entre todos tenemos que poner en alza nuestros recursos turísticos, que no son pocos, lo mismo que también debemos prestarle  muchísima atención a todas esas personas mayores que tanto han hecho por nosotros.

También le preocupan algunos comportamientos que observa cada día, como es la discriminación que se produce entre las personas, por eso le gustaría erradicarlos, y que todos nos tratemos por igual, sin distinciones por el color de la piel o por la clase social a la que se pertenezca, todos tenemos el mismo derecho en ser escuchados y, sobre todo, atendidos si la necesidad lo requiere.

Indudablemente mi sueño sería revivir la vida saucera de mediados de los ochenta, pero eso ya no será posible porque habrá que adaptarse a la nueva realidad, pero lo que sí podremos hacer es la revitalización del sector primario como principal fuente de ingresos, que nuestro entorno, principalmente los jardines, vuelvan a reverdecer, y que nuestros artistas, que los hay en diferentes disciplinas, se les ayude, se les reconozca y se les proyecte. Y por último, que a nuestros jóvenes se les oferten actividades de ocio que los arraiguen en nuestro entorno.