Edificios, infraestructuras y mantenimiento
San Andrés y Sauces, patrimonio que tenemos que conservar para disfrutar
Las Administraciones públicas no sólo están obligadas a inventariar los bienes y derechos que integran su patrimonio, sino que, además, deben poner en marcha las actuaciones necesarias para su conservación y mantenimiento integral, tanto de sus edificaciones como de otras propiedades de titularidad municipal, hasta alcanzar su punto óptimo y garantizar así la comodidad de sus usuarios o trabajadores.
Para alcanzar este fin y dado el amplio inventario patrimonial de San Andrés y Sauces, habrá que realizar los trabajos o soluciones tanto preventivas como correctivas, incluso de rehabilitación, para su conservación y evitar así un deterioro o declive paulatino que no sólo perjudica su valor económico sino que también la imagen de un municipio que no es consciente de la importancia de su pasado histórico.
El aprovechamiento de las superficies de terreno o suelos de titularidad municipal o el uso que se le pueda dar a su amplia relación de propiedades también habrá que tenerse en cuenta, puesto que podría detectarse que en alguna de las mismas tendría utilidad para las ciudadanía con las adecuaciones necesarias. Por tanto, como gestores responsables, es nuestra responsabilidad garantizar el uso eficiente y sostenible de estos espacios, maximizando su potencial y beneficios para todos.
Nuestras edificaciones municipales son activos valiosos que, a menudo, nos encontramos con un uso ineficiente de estos espacios, con áreas desaprovechadas o infrautilizadas, y costos de mantenimiento innecesariamente altos. Es momento de cambiar esta situación y aprovechar al máximo nuestros recursos. Para lograrlo, debemos implementar medidas de racionalización y optimización en todas las áreas pertinentes. En primer lugar, debemos realizar una evaluación exhaustiva de nuestras edificaciones municipales, identificando su capacidad real de uso y las necesidades específicas de cada una. Esto nos permitirá determinar si existen áreas infrautilizadas que podrían ser mejor aprovechadas para ofrecer servicios adicionales a los ciudadanos.
Además, debemos fomentar la flexibilidad en el diseño de los espacios municipales. Es crucial crear ambientes adaptables y multifuncionales que puedan ser utilizados para diferentes propósitos según las necesidades cambiantes de nuestra sociedad. Esto nos ofrecerá la oportunidad de maximizar el uso de cada espacio, evitando su inutilización y reduciendo así los costos operativos.
La implementación de tecnologías inteligentes también desempeña un papel clave en la optimización de nuestras edificaciones municipales. La automatización de sistemas como la iluminación nos permitirá reducir el consumo de energía y optimizar el rendimiento de nuestros edificios. Además, la utilización de soluciones digitales para la gestión de reservas y programación de actividades facilitará el uso eficiente de los espacios y mejorará la experiencia de nuestros usuarios.
Otra estrategia importante y necesaria será la de abrir nuestras edificaciones a diferentes actores de la comunidad, pudiendo así aprovechar al máximo su potencial y diversificar las actividades ofrecidas. Esto generará un mayor sentido de pertenencia y participación ciudadana, fortaleciendo así el tejido social de nuestro municipio.
Y por supuesto, será también crucial implementar un sistema de seguimiento y evaluación constante para medir los resultados de nuestras acciones. De esta manera, podremos identificar áreas de mejora, ajustar nuestras estrategias y mantenernos en el camino hacia la optimización continua de nuestras edificaciones municipales.
En definitiva, la racionalización y optimización del uso de nuestras edificaciones municipales nos permitirá la construcción de un municipio más fuerte, sostenible y próspero.
Líneas de acción previstas
Desarrollar un plan estratégico a largo plazo que defina las necesidades de mantenimiento de los edificios e infraestructuras municipales. Esto implica establecer prioridades y determinar los recursos necesarios para establecer un programa regular de mantenimiento en:
Inmuebles
Kioscos
Locales comerciales
Instalaciones deportivas
Centros públicos
Bibliotecas
Plazas, parques y miradores
Centros sociales
Depósitos
Saneamientos
Alumbrado
Cementerios
Red viaria
Fincas y parcelas: más de medio centenar de parcelas o terrenos de propiedad municipal
Realización de inspecciones regulares de los edificios e infraestructuras para identificar cualquier problema o necesidad de mantenimiento. Estas evaluaciones deberán abarcar aspectos como la estructura, la electricidad, Implementar un programa de mantenimiento preventivo para abordar los problemas de manera anticipada y evitar que se conviertan en fallas mayores.
Contratación de personal o servicios especializados si se requiere en mantenimiento de edificios e infraestructuras para garantizar que se realicen las tareas de manera adecuada y segura, y que se puedan abordar problemas específicos de manera efectiva.
Desarrollar un plan de gestión de emergencias que establezca los procedimientos a seguir en caso de incendio u otras situaciones de emergencia. Así como también la instalación de sistemas de alarma y extinción de incendios, y la realización de simulacros periódicos.
Implementar sistemas de monitoreo y control que permitan supervisar el uso y el desempeño de los edificios e infraestructuras municipales. Esto puede incluir el seguimiento del consumo de energía, el control de acceso, la supervisión de sistemas de seguridad y la detección de fugas o fallas en tiempo real.
Fomentar la participación ciudadana en el uso y mantenimiento de los edificios e infraestructuras municipales, pudiendo incluir la creación de programas de voluntariado, la promoción de la responsabilidad ciudadana y la implementación de mecanismos de retroalimentación y comunicación con la ciudadanía.
Construcción y puesta en funcionamiento de un centro multifuncional con aparcamientos en el casco urbano.
Preparación de una escalera de acceso antes de la rampa en Puerto Espíndola y delimitación con boyas para que las personas mayores puedan bañarse con tranquilidad en esa zona.
Redacción de un Plan Integral para la Villa de San Andrés dada la importancia y el atractivo de todo su entorno.
Restauración de la ermita de San Sebastián (San Andrés) para convertirla en un centro de interpretación del conjunto histórico y en especial del Corpus local.
Mejoras en toda la zona recreativa del Horno de la Cal y La Cuevita para dotar a este entorno de interés turístico, contemplándose la posibilidad de la puesta en marcha en sus inmediaciones de una piscina de agua salada.
Desarrollar todo el potencial que ofrece nuestro litoral, principalmente el paseo marítimo entre San Andrés y Charco Azul, contemplando además la posibilidad de incrementarlo hasta Puerto Espíndola.
Mejorar la propia infraestructura asegurándonos de que la misma cuenta con la señalización adecuada y, sobre todo, con accesos seguros.
Promover actividades recreativas a lo largo de todo este recorrido para que las personas de la zona tengan acceso a determinadas prácticas deportivas.
Fomentar la visita de turistas a nuestro litoral mediante la realización de campañas de comunicación.
Ofrecer en todas las zonas de interés turístico, los servicios básicos necesarios, como baños, área de picnic, zonas de sombra y fuentes de agua potable.
Mantenimiento permanente y limpieza periódica para mantener en buen estado y libre de basura todas las zonas de interés turístico, además de instalar la cartelería necesaria para potenciar el reciclaje y la concienciación ambiental para fomentar el cuidado del entorno natural.
Instalación en todas las zonas de atracción turística de las medidas de seguridad necesarias para garantizar la seguridad de los visitantes, especialmente en zonas peligrosas.
Establecer un sistema de recopilación de comentarios y sugerencias para que los visitantes puedan manifestar su opinión sobre las diferentes zonas al objeto de realizar las correspondientes mejoras.
Realización de inspecciones periódicas regulares por parte del personal municipal en carreteras, pistas y calles para detectar posibles problemas que requieran de mantenimiento vial.
Tomar medidas rápidas para reparar cualquier daño o desperfecto encontrado durante las inspecciones, como baches, reparación de aceras o limpieza de drenajes y alcantarillas para prevenir problemas.
Evaluación regular del estado del pavimento y realizar las acciones de mantenimiento adecuado.
Diseño e implementación de un Plan de señalización municipal claro y actualizado para garantizar la correcta orientación de conductores y peatones, sobre todo visitantes.
Implementar medidas para gestionar la movilidad, como el fomento del transporte público y el uso compartido.
Realizar campañas de concienciación y educación vial dirigidas a los ciudadanos para promover un uso responsable del transporte.
Desarrollar una plan estratégico de mantenimiento vial a largo plazo para establecer las prioridades de intervención y las asignaciones de recursos económicos necesarios.
Estudio pormenorizado e individual del potencial de las fincas y parcelas de propiedad municipal, puesto que muchas de las mismas podrían tener diversos usos, como espacios de recreación, para la realización de ejercicios, para la creación de huertos urbanos, etc.